Suena el despertador, nos levantamos, preparamos el desayuno, levantamos a los niños, desayunan, nos vestimos (con el eterno que me pongo hoy), vestimos a los niños, dientes, colonia, preparamos mochilas con desayuno, les ponemos abrigos y mochilas, nos peinamos y pintamos nosotras ( lo que podemos) y salimos por la puerta.
Directos al cole, dejamos a los niños, nos vamos a la ofi ( pilladas siempre por el atasco de turno o cualquier otro imprevisto), aparcamos, llegamos a la ofi y a darlo todo, los mil marrones que surjan y todo lo que entre por la puerta. Salimos de la ofi, vamos a buscar a los niños, llegamos a casa, nos preparamos la comida, preparamos su merienda, comemos en 5 minutos, otra vez a la ofi, aparcamos, echamos el resto, de vuelta a casa, niños preparados para actividades, actividades, compra en el super de lo que se tercie para la cena, vuelta a casa, ducha,cenas,niños a la cama.
Y en ese momento, suspiramos hondo y empieza ese ratito ya sin prisas, en el que puedes dedicarte, según las fuerzas que te queden, a lo que te apetezca. Aunque lo que me pasa con frecuencia, es que me siento a vegetar directamente delante de la tele y en media hora estoy dormida. Me da mucha rabia, porque para un ratito que tengo para mi...
Y después de tener día tras día la misma rutina... de no tener prácticamente tiempo para mi, me doy cuenta de que el término "supermujeres" define perfectamente lo que queremos ser, madres estupendas que hornean galletas para llevarlas al cole, trabajadoras ambiciosas que quieren una carrera profesional fructífera, jefas de intendencia en el hogar, mujeres que quieren estar y sentirse guapas, en fin, una etapa intensa chicas, esta de la treintena, no?
Cassidy Mimms via Marta on Pinterest